jueves, 26 de febrero de 2009

Entre flores y bombas

Ayer, como muchas de nuestras tardes, salimos a regar el pasto. Con una diferencia, como hacía un sol calientito y queriamos disfrutar de poder al fin pasar de nuevo una tarde tranquila al aire libre, les propuse no usar la manguera y hacerlo más divertido. Sacamos recipientes de varios tamaños.

Y luego tuve que entrar corriendo a la casa por la cámara porque ahí afuera estaba ocurriendo algo, ¡qué diferentes son mis hijos entre sí!

Dos niños, trastes y una manguera. Pero mientras una llenaba su recipiente y disfrutaba yendo y viniendo, escogiendo qué flor de qué color iba a regar en cada vuelta, el otro escogió el recipiente más grande y se dedicó a hacer "bombas de agua" más divertidas entre más ruido hicieran y entre más alto salpicaran el agua.

Dos apuntes: uno, ¿de dónden le sale a mi hija tantas actitudes "femeninas"?, tiene una fascinación por elegir colores, clasificarlos, nombrarlos. Sobre todo con la ropa, lo primero que hace al ver a cualquier persona es decir de qué color lleva la ropa. Sus favoritos son el rosa y todos los tonos de "uvas". Alguna vez habrá visto a mi hermana maquillarse porque ella intenta maquillarse con crayolas (en casa no hay maquillaje, yo no me maquillo). Le fascina elegir el ñoño que se pondrá en el pelo. Se pone las ligas del pelo como pulseras, la liga del color de la ropa que trae puesta claro. Cuando juega, juega a repartir, a cuidar, a acomodar, aún con los muñeos de acción del hermano uno es el hijo y otro la mami... Y me resulta curioso porque yo no me considero tan "femenina"...

Dos, esas ideas tan "belicosas" de mi hijo... Hubo un tiempo que me inquietaba ver que el juego favorito entre él y su papá era "luchar" sobre la cama, a ver quién atrapa a quién, a ver quién puede, a ver quién le quita a quién... Luego entendí que es normal, es parte de su desarrollo. Rebeca Wild tiene unos párrafos interesantes sobre los juegos de luchar en " Libertad y límites, Amor y respeto":

...Estos juegos que sirven para perfeccionar la motricidad y diversificar la interacción creativa con el medio ambiente implican un fenómeno especial al que aparentemente los padres acceden con mayor facilidad que las madres. ¿Cómo es posible que los niños no sólo luchen contínuamente entre sí, sino que se sientan especialmetne felices cuando los adultos se revuelcan con ellos por el suelo, se dejan derribar con empujones y puñetazos, con golpes y zancadillas, mientras emiten sonidos salvajes, ríen, y en ocasiones también lloran, protestan y luego se llegan a nuevos acuerdos para ser más precavidos y para que este juego pueda continuar?

¿No es este juego una necesidad básica que tienen en común los niños humanos con muchos animales mamíferos? ¿Es acaso una estrategia importante que sirve para desarrollar el "cerebro del mamífero" (es decir, el sistema límbico) y por tanto, coordina los sentmientos, las capacidades motrices y sensoriales creando de este modo en los seres humanos los canales neccesarios para que maduren las funciones cognitivas?

Sí nos fijamos en este juego con mayor detenimiento nos daremos cuenta que precisamente aquí los límites se viven con mucha más intensidad que en cualquier otro tipo de juego, se tornan conscientes, se marcan y se constatan. El estrecho contacto de los cuerpos permite sentir más intensamente dónde acaba un organismo y dónde comienza el otro. Todo movimiento requiere una decisión ¿hasta dónde puedo atreverme? ¿qué permito y qué no? ¿qué me hace daño cuando hago daño al otro? ¿qué me asusta? ¿cómo puedo asustar al otro sin llegar a herirle?...

3 comentarios:

Zulema dijo...

que tranquilidad, mi hijo tambien tiene ideas belicosas 8solo con su padre) y también igual que tu estaba preocupada por ese tipo de juegos.

gracias por compartir

Anónimo dijo...

Que hermosas cosas escribes!! Te felicito por esa familia!

Ale dijo...

Gracias a ambas por la visita y por el comentario =)