Podrá parecer curioso que la primera en querer volar sea la más pequeña, pero hay que recordar que todos somos distintos, con distintas necesidades. Además que ella ha tenido cama compartida toda su vida y mi Santi durmió sólo su primer año de vida.
Hemos crecido en este nido y hemos encontrado una tribu virtual que es un tesoro invaluable. Pero ahora, es momento de escribir otras vivencias, nuestro nido nos queda pequeño y hemos de volar...
Me pasó por la cabeza cerrar este espacio pero le tengo demasiado cariño. Asi que por el momento seguirá aquí, aunque no creo actualizarlo mucho. Mis hijos crecen y tengo que seguirlos a otros ritmos.
Nos leeremos ahora en un nuevo rincón, en donde por supuesto, espero me acompañen.