Alegres

Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas

defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias

y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.

Mario Benedetti

Feliz día del niño, a nuestros hijos y a nuestros niños internos. Ojala no sólo hoy sino cada día podamos defender la alegría que habita en nosotros y dejarla salir en forma de sonrisas espontáneas, como hacen ellos, nuestros hijos, por cualquier cosa y a pesar de cualquier cosa.

La imagen, es un regalo para mi; el otro día San me preguntaba curioso sobre mi infancia, y hablando y hablando, qué nostalgia, me acordé de el “Cuentacuentos” que ponía en el tocadiscos una y otra vez mientras repasaba las hojas para ver las imágenes y entrar en ese otro mundo que te ofrecen los cuentos. Aunque tuve muchos juguetes, seguro no tuve muchos libros infantiles, en mi casa no se leía mucho, este es el único que recuerdo con tanta alegría. Lo encontré hoy en un álbum de fotos en picasa y me removió mariposas de colores en la panza de nuevo, como hace un cuarto de siglo!