sábado, 6 de marzo de 2010

Libro del fin de semana

Así es -suspiró el coronel-. La vida es la cosa mejor que se ha inventado.
Gabriel García Márquez

Hoy es cumpleaños de Don Gabo...Y a mi el sólo hecho de escuchar o leer su nombre me evoca muchos de los mejores momentos que he pasado frente a un libro. Hace muchos años que con sus "cien años de soledad" y su "amor en los tiempos del cólera" comenzó mi amor por escaparme a otros mundos posibles. Donde quiera que esté, feliz cumpleaños querido Don Gabo.

Terminó febrero y terminé de leer a los Maridos... Aún no tengo novela para marzo porque tengo ya entre ceja y ceja: sincrodestino (Deepak Chopra), uno de psicomotricidad en preescolares y uno más de lectoescritura. Así que va a estar en chino que me de tiempo para una novela... Pensaba leer La sombra del viento que está leyendo ahora mi José y me la recomendó, ojalá haya oportunidad.
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Este fin de semana hemos leído con los niños El león que no sabía escribir, pensaba que a San le encantaría y sería un pretexto para celebrar su nueva habilidad. Le gusto pero a secas... Y para mi sorpresa a Azul le encantó, sobretodo por el detalle de la Leona guapa e inteligente que tiene unos lentes pink como ella ;).



Un león que no sabía escribir, pero que le daba igual, total con sus dientes y su fiereza le sobra para hacer lo que quiera y tener atemorizado al personal que habita la selva. Pero un día se encuentra con una leona doble, leona por la especie y leona por el hábito: lee. Y justo cuando va camino de besarla, se acuerda de lo que un día le dijo un misionero antes de comérselo (señal de que comer misioneros siempre trae algo bueno): una leona que lee es una dama y a las damas se las conquista con cartas de amor.

El león hace uso de su fiereza y comienza a recorrer la selva amenazante y a todo aquel que se encuentra le exige que escriba la más bella carta de amor. Y lo hacen. Lo hace el mono, lo hace el hipopótamo, lo hace el escarabajo pelotero, la jirafa (con un triste final para ella), el cocodrilo y el buitre... Y claro, todos escriben la carta de amor con lo que más le gusta hacer a cada uno, pero eso al león no le sirve porque ¿le gusta trepar a los leones a los árboles?, ¿y los plátanos?, ¿las algas a caso?, ¿arrastrarse bajo tierra?, ¿el estiércol?, ¿sobrevolar la selva?...

Pues eso. No, no y mil veces no. No le sirve ninguna de las cartas que le escriben sus amigos.

Yo escribiría lo hermosa que es. Le escribiría lo mucho que me gustaría verla. Sencillamente, estar juntos. Estar tumbados, holgazaneando, bajo un árbol. sencillamente, ¡mirar juntos el cielo al anochecer! ¡Eso no puede ser tan difícil!

Rugía el león enfadadísimo y no entendiendo nada. Gritando lo que él escribiría si supiera escribir. Hasta que alguien le increpa: ¿Por qué entonces no escribió usted mismo? Y, ¿quién era? Sí. La leona.

El león reconoce suavemente su carencia y la leona, tras sonreír le empuja tiernamente con su nariz y se lo lleva con ella. Y tiene un final bien romántico.

Una historia genial, de lo más divertida, acompañada además por unas ilustraciones de trazos sencillos y colorido justo pero que matizan mucho el tono divertido de la historia caricaturizando a veces a los personajes, la fiereza dle león frente a la tranquilidad, por ejemplo, del escarabajo pelotero. Una historia que nos invita a jugar con las voces al contarla a uno o cincuenta oyentes. Una historia para contar y disfrutar de hacerlo. Un libro que juega con las tipografías en color rojo y aumentando el tamaño de la fuente conforme el león se va enfadando hasta ocupar una página entera.

2 comentarios:

Ana P. dijo...

La sombra de viento me encantó!!! léetelo, de verdad que yo también te lo recomiendo.

Uy! que verguenza, fíjate que yo no sabía que hoy cumplía años Gabo, nuestro nobel de literatura... que mala colombiana, no?

Un abrazo

Ale dijo...

Lo leeré Ana, tarde o temprano hehe...gracias!
Mala colombiana si no hubieses leído una de sus novelas o su "vivir para contarla" ¿no? ;)