viernes, 8 de abril de 2011

Crónica de un destete anunciado.

Había ido posponiendo este momento de enfrentarme al teclado para plasmarlo, pero creo que ya es tiempo, creo que ya es un hecho.

Hace alrededor de tres meses que amamanté a Azul por última vez.


Ya he mencionado que los últimos tiempos yo vivía una lucha interna, no siempre por supuesto, pero ciertos días mientras la amamantaba antes de dormir me debatía entre dos sentimientos: el primero "si aún pide es porque aún necesita" y el segundo, un sentimiento de rechazo muy primitivo, muy "instintivo", la sensación de querer apropiarme de nuevo de mi cuerpo para mi sola que me salía desde las entrañas.


Hay madres que permiten que el destete se dé hasta que el niño pone la pauta por completo, lo admiro, yo a pesar de habérmelo propuesto no he podido. Ha sido más fuerte mi necesidad de dejar de compartir mi cuerpo, de recuperarme por completo después de poco más de cuatro años. Probablemente quien no lo haya vivido no logre captarlo, me cuesta encontrar las palabras para explicarlo. No fue una decisión tomada desde el intelecto, fue tomada con las vísceras, con el útero, desde mi intuición salvaje. Creí que ese sentimiento era pasajero pero llegó un día, se instaló en mi y no pude más que abrirle hueco entre nosotras y dejarlo hacer.


Lo cierto es que Azul en realidad pedía ya muy poco. Sólo para conciliar el sueño por las noches. El principio del fin fue muy gradual, tanto que ni siquiera recuerdo cuántos meses llevabamos así, acordábamos: un minuto y ya... Y tomaba un poquito, se retiraba sola, media vuelta y a dormir. Luego aún sin decir "un minuto" las tomas eran igual de cortas, se retiraba y a dormir. Muchas veces la dormía papá y no extrañaba mi presencia ni la toma nocturna.


Un día cualquiera, ya con cuatro años cumplidos, lo decidí, hablamos y acordamos (o acordé) que no más. Que yo me sentía incómoda y no podía seguir. A cambio le ofrecí mis abrazos, cantarle canciones, dormir abrazadas... No lo tomó de mil amores, pero se conformó.


Unos días después se sentía enfermita y con fiebre, me dijo:- mami, me das bubi? porque me siento mal. Por supuesto no pude negársela.... Le ofrecí, se acercó, ni siquiera succionó un par de veces y se retiró, -ya mami! ... Eso fue todo. Me dijo: -mejor me cantas y me abrazas? ...


No ha vuelto a pedir teta. Y creo que no lo hará. Encontramos la forma de seguir con nuestro vínculo independientemente de la leche materna. Leemos el cuento de siempre antes de dormir, a veces necesita además una canción de cuna y después, duerme abrazada a mi, lo más pegadita que puede abrazarse, sigue acariciándome la panza por debajo de la pijama hehe como hacía desde bebé mientras la amamantaba... es una manía que creo tendrá de por vida... incluso cuando llego a la escuela por ella me acerco a darle un beso y ella mete la mano para acariciarme o pellizcarme suavecito la panza :)

Cerramos un capítulo. Y la vida sigue, nuestro vínculo sigue. Cómo hemos crecido las dos! Cuánto tenemos qué agradecer por la leche que fluyó por más de cuatro años; que nos unió después de una cesárea que había roto nuestros lazos al grado de no poder reconocernos instintivamente; que nos nutrió a ella el cuerpo y a mi el alma de mujer salvaje.

Gracias a la vida, a la sabiduría innata de nuestra especie, a mi cuerpo, a las circunstancias, a la tribu... Por permitir que sucediera entre mi hija y yo ese lazo maravilloso que no termina aunque la leche haya dejado de fluir, sino al contrario, se expande en nuestros corazones y en nuestras miradas, que se quedó inserto en la memoria femenina de ambas como recuerdo de nosecuántasmil horas de tiempo y cuerpo compartidos. Horas sembradas que, estoy cierta y segura, seguirán dando fruto.


**La imagen es Connection, de Katie M.Berggren.

20 comentarios:

Adriana dijo...

Qué conmovedor. Mi hijo tiene a penas un año y medio y no imagino el momento en que dejaremos el pecho, pero sé que llegará, y espero tener la entereza que han tenido tú y tu hija.
Me encanta tu blog. Te sigo.
Saludos.

Jasmin Bunzendahl dijo...

Hola. Ante todo ebhorabuena por esa feliz y prolongada lactancia. Me siento muy identificada contigo. Mi hijo mayor se destetó a lso 4 años y 3 meses, estando embarazada de mi segundo hijo. A mi me hubiera gustado seguir, incluso hacer tándem pero a veces me invadia esa sensación que describes, una sensación desagradable cuando mamaba. No era dolor, era una especie de rechazo ( uf, que mal suena decirlo ) que se oponia a lo que mi mente racional me decia. Finalmente , en el embarazo me dolia tanto el pecho que tuve que pactar tambien con mi niño tomas más cortas y llegó n dia en que me dijo que no tomaba más porque la iba a dejar para el bebé
Un beso

GLORIA dijo...

Precioso! Felicidades a las dos por esa lactancia y por un buen final para ambas.
Saludos

lalit dijo...

Hola Ale,

Me encantó leer estas palabras tuyas, tan bonitas y llenas de sentimiento... sin duda estas horas sembrads seguirán dando fruto. De generación en generación, creo yo!

Un abrazo!!!

Zulema dijo...

Gracias Ale por escribirlo, porque ésto del destete así como lo describes, no es nada fácil de enfrentar.

Joel casi cumple 3 años y sigue pegadísimo, no sé hasta cuando, pero empiezan a invadirme ciertos sentimientos que son pasajeros, al menos por ahora.

Me hizo bien leerte. :)

MartaSada dijo...

Qué entrada tan bonita!! me encanta como lo habéis vivido, tan sincero, y me encanta como lo cuentas. Un abrazo fuerte!!

Inma dijo...

Aquí estoy, con la carne de gallina al leer esta entrada, me he emocionado. Lo primero darte la enhorabuena por esa lactancia prolongada. Me ha gustado mucho como has afrontado el destete... Gracias por compartirlo.

LadyA dijo...

Te entiendo perfectamente, porque yo también empiezo a notar esa necesidad...mi hija tiene 30 meses y sigue muy apegada a la teta, tanto de día como de noche...pero yo empiezo a necesitar un poco de espacio para mi...En mi caso, mama todavía unas 6 o 7 veces entre el día y la noche, con lo que veo muy difícil que se destete...

Magda Pérez Hervás dijo...

Me ha humedecido los ojos, Mi pequeño aun mama aunque desde que empezó el colegio redujo sus tomas y comenzó tambien a tomar leche de vaca, que antes no queria.
En alguna ocasión me dice,- mamá, cuando sea mayor ya no tomaré tetita.
Y despues de un ratin en el que me da por pensar en si me estará preparando el a mi, añade - pero aun no soy mayor, eh?

No se cuanto tiempo nos quedará de esta etapa, no se cuando llegará el fin, solo espero que para entonces estemos preparados los dos.

Muchas gracias por contarnos vuestra esperiencia.

Felicisima maternidad.

Ale dijo...

Qué bien leer sus comentarios...

Gracias por pasar y dedicarnos unos minutillos.

Zule, LadyA, Magda...Azul también hacía muchas tomas a los tres años! Creo que dejó de despertar por la noche pasados los tres...igual había épocas y épocas.

Justo estos días extraño darle teta porque está con gastroenteritis y comiendo prácticamente nada...antes esto no me angustiaba en lo más mínimo...en esta ocasión me siento con menos "armas" hehe...

Abrazos enormes!

Áurea López dijo...

Me parece una forma muy natural de dejar el pecho. No me parece que haya sido impuesto por tí y tu hija se haya conformado. Creo que era el momento adecuado de parar y que con muuuucho amor y cariño las dos lo habéis hecho muy bien a la vez y sin problemas.
te felicito, os felicito.

teresavet dijo...

Fíjate, y yo acabo de pasar por lo mismo, y eso que mi niña sólo tiene año y medio... pero ha sido tan paulatino y natural, que es como si "no nos hubiéramos enterado" y también han tenido que pasar un par de meses como para que yo cayera en la cuenta... Por un lado es bonito, por otro triste. Te dejo la entrada de mi blog, de esta semana justo:
http://etologiafamiliar.blogspot.com/2011/04/echamos-de-menos-la-teta.html#comments

Silvia dijo...

Hola,
te sigo desde hace algún tiempo y me gusta mucho lo que escribes y como lo haces.
Te felicito por tu lactancia prolongada, en estos tiempos en que parece que es pecado hablar de que das el pecho a tu hija y tienes que oir cosas como ¿todavía toma teta?Pues si , toma tetita como ella la llama, y disfruta y a mi me encanta como me mira con esa mirada que lo dice todo, tiene 3 años y medio, a veces me pasa como a ti que siento la necesidad de parar, pero al final esa mirada hace que sigamos.
Sé que no habrá sido fácil para ti, pero como dices el vínculo que habéis creado es precioso, así que mi enhorabuena otra vez
Un saludo

Diario de una cuarenta. dijo...

Encantada y enhorabuena por lo logrado :D

Laura dijo...

Ale, me conmovió tu relato, y me sentí muy identificada... mi admiración por los 4 años de teta, yo sentí esa necesidad de recuperar mi cuerpo a los 2 años de Zyani.

Creo que lo importante es que la lactancia, mientras dure, sea plena y disfrutada por las dos partes.

Un abrazo y te sigo leyendo.

Adijirja dijo...

No puedes dejar de sentirte plena, feliz y dichosa por haber creado ese vínculo tan estrecho con tu hija. Mi bebé tiene 19 meses, nuestra lactancia continúa. En cierto modo, temo el momento en que llegue el destete. Aún no lo anhelo. Ya veremos lo que nos da el futuro... :)

Anónimo dijo...

Pues con todos los respetos, destetar a un niño con cuatro años no creo que sea para pensarselo tanto...

Le dijo...

Gracias por compartir tu vivencia y por t sensibilidad. Lara con casi tres años tiene épocas, pero de normal es cada 3 días, en algún momento de bajón-agobio... Espero que os vaya precioso. Un abrazo:
Le

Sonia G A dijo...

Maravillosas palabras. Yo amamanto en tándem y ya siento eso que describes tan bien...

También con todos mis respetos hacia Anónimo, como bien dice la autora: "Probablemente quien no lo haya vivido no logre captarlo"

Un abrazo

Carol dijo...

Qué bonito! Ojalá el final de nuestra lactancia (que espero que esté lejano) sea tan "sencillo" como trasmites.
Está claro que la decisión de continuar con la lactancia es de dos. Y hay que ser respetuosa con el otro, como has hecho tú.