Tener una madre hábil en la cocina puede ser un arma de dos filos. Puedes aprenderle y llegar a cocinar exquisitamente como ella, o puede suceder lo que me sucedió a mi, que nunca en la vida me preocupé por meter las manos (o siquiera la vista) en el “how to” del mundo culinario.
Para ser sincera, sigue sin interesarme esa parte la vida. Aún ahora que tengo que hacerme cargo de alimentar dos boquitas a parte de la mía.
Carente de habilidades como ama de casa, tengo que apelar al intelecto y por qué no, al Continuum.
Nunca logro organizarme lo suficientemente bien como para que los días que toca comer en casa quede preparada por lo menos la sopa desde la noche anterior (porque trabajo mientras los niños están en la escuela, de modo que llegamos los tres juntos a casa a medio día, hambrientos a cuál más).
Así que opté primero por una solución rápida: la sopa tarda más en cocinarse que la carne y la ensalada. Cambiaré nuestros tiempos: mientras está lista la sopa comemos el plato fuerte (filete de pollo/pescado/res más ensalada variable).
A veces la sopa no alcanza siquiera a estar lista en este tiempo, como ayer, y para no dispersarnos del momento (si me levanto yo de la mesa los críos se me van y se acaba el tiempo de comida), se me ocurrió traer a la mesa la pasta recién cocida, los aderezos y dos palas: niños, mientras yo recojo estos platos, hoy les toca preparar la sopa!
No tengo que decir que se divirtieron como enanos, y que les diò por comerse la sopa directamente del bol…y claro, que como era SU sopa, se la comieron to-da.
Una vez más la clave para la vida feliz con niños es mantenerse flexible y relajada, y muy, muy continuum.
3 comentarios:
jaja, en la foto se ve decliciosa! se me antojó mucho!
muy buena idea Ale!!!no se si ya habia comentado antes...pero ya te sigo, eh???
=) hola Zule, hace rato que no te veía. Guapísima en tu nuevo perfil ;)
Un abrazo a ambas!
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