miércoles, 17 de febrero de 2010

Sea un padre, no un amigo de sus hijos

Acepte el hecho de que sus hijos no van a acatar de buen grado todas las normas y límites. Si usted dedica demasiado tiempo a contentarlos, terminará por caer en lo que denomino "trampa de la felicidad"
Siempre recuerdo a los padres que ellos son los impulsores y directores de la vida de sus hijos. No gusta oirlo, pero es verdad. Su trabajo como progenitor suele consistir en decir no cuando los niños desean oír un sí. Durante el período de establecimiento de límites, los niños no siempre estarán encantados con los padres.

Nunca pida permiso a un niño para hacer lo que debe. Si usted dice: ¿Te parece bien que mamá se vaya ahora al trabajo?" Corre el riego de que su hijo responda "no"

Una frase menos directa pero igualmente ineficaz sería: "Mamá se va ahora... ¿de acuerdo?" Nunca diga: "Si me prometes no llorar cuando mamá se vaya, te traeré un regalo" O bien, "Sé bueno y esta noche saldremos a hacer algo especial" Todos estos chantajes emocionales sientan precedente. Usted deberá seguir pagando,y algunos niños aumentará paulatinamente la apuesta. Incluso en los casos en los que usted necesita su aprobación, el preguntar puede tener un contraefecto negativo. Por ejemplo: "¿Te importaría sacar la basura?" En lugar de ello hay que ser claro y decidido sobre lo que se precisa y no andarse con florituras: "Hora de cenar" "Abrigos puestos" "Todos al coche" "En marcha" "Marie, la basura"


Un extracto del libro "Querer a todos por igual" de Nancy Samalin, que está leyendo una amiga mía. Nos lo compartió y a mi me encanta, me suena muy Continuum razón por la cual me lo voy a guardar aquí.

Cuando lo leí me fuí a la cama pensando en dónde estaría la linea que divide el Ser padre del Ser amigo y visceversa, y si es que existe esta línea... Y pensaba si alguna vez en mi vida me hubiese gustado que mi mamá fuera mi amiga... No, es mi madre y punto.

No creo que un hijo espere de su madre amistad sino contención, apoyo, que le cubra ciertas necesidades, que le muestre el camino y que lo deje caminar con sus propios pies... Estoy totalmente de acuerdo, no soy amiga de mis hijos, soy su madre.

Y no creo que sean puntos contrapuestos: Padres O amigos. Se me ocurre que podemos ser Padres Amigables. Es decir, para imponer un límite no es necesario hacerlo con mala cara, mucho menos con violencia o amenazas. Creo que pueden establecerse y hacerse cumplir límites de una forma amigable: trato respetuoso, lo que implica para empezar que los límites son los menos, que son sólo los indispensables, que están bien pensados con anticipación, que son firmes y claros para no dar lugar a malentendidos; y pensando en que se harán cumplir sin violencia, sin chantajes, con ingenio y paciencia.

Claro, eso requiere el triple de tiempo y esfuerzo, pero nuestros hijos lo valen ¿no?

**La imagen es de Melissa Peck

5 comentarios:

Lola dijo...

Está claro que es más fácil ser amiga que mamá. Son tantas cosas las que se esperan de nosotros como padres como indicas en el texto!!.
Me ha encantado lo de las frases directas, a veces nos enredamos en darles demasiadas explicaciones y no es necesario.
Muchísimas gracias por compartir esta entrada, me ha gustado mucho.
besos

Lago dijo...

Me encanta lo que se te ocurrió de PADRES AMIGABLES. Ahora vivo mejor la disyuntiva... (ja,ja!!) Muchas gracias!
(lago)

Lago dijo...

Me encanta lo que se te ocurrió de PADRES AMIGABLES. Ahora vivo mejor la disyuntiva... (ja,ja!!) Muchas gracias!
(lago)

Ale dijo...

Qué bueno que te haya gustado Lola.
Lago gracias a ti por la transcripción.

Un beso a ambas.

Anónimo dijo...

Cuando adolescente critiqué a mi madre por no ser mi mejor amiga tal y como pregonaban las mamás de mis amigas. Ella, sin enfadarse me dijo: Amigas tendrás muchas, madre una, no te voy a negar esa experiencia.

Creo que hoy tememos mucho a instalarnos como autoridad y a asumir la asimetría del vinculo parental