sábado, 11 de julio de 2009

De infancias felices y frutas de verano


Hoy tuve un golpeteo de recuerdos de mi infancia, visité la casa donde pasé muchos de mis veranos cuando era niña. La casa de mi tía abuela. Parece increíble que hayan pasado ya más de veinte años, a mi me sigue oliendo a los mismos olores, me sigue inspirando la misma seguridad y la misma paz, todos los rincones del lugar siguen siendo tan "como siempre", tan como "de toda la vida". El sabor de la comida, la luz que entra por el ventanal del comedor, el pasillo que, ese si, no sé por qué antes me parecía tan largo y ahora no, la puerta de salida hacia el jardín rechina igual, la brisa sopla igual en la cara, el agua suena correr igual, el pasto es del mismo verde que el que guarda mi memoria. Y afortunadamente mi tía abuela sigue ahí, con sus casi ochenta, sigue ahí para recibirnos siempre con una sonrisa, con pan caliente en la mesa y con su casa repleta de sensaciones ya vividas.

Un día cualquiera de uno de aquellos veranos. tal vez tendría yo unos ocho años, comí de postre un mango y al terminar jugaba en el jardín con tierra y agua. Fué cuando se nos ocurrió dejar secar el hueso del mango. Uno o dos días después, hicimos un hoyo en la tierra y lo enterramos ahí, con la infantil esperanza de ver crecer algo de la tierra...

Hoy, un verano igual pero veintitantos años después, sentí un extraño cosquilleo al ver a mis hijos corriendo por el mismo pasto verde, pero a la sombra de un hermoso y cargado árbol de mangos dulces, el árbol que nació de aquella tarde de juegos de su madre, recolectar los frutos y comerlos...
Cuántas vueltas da el tiempo en la vida de una misma persona, de una semilla, de una mata o de un árbol de mangos...Por supuesto, trajimos a casa algo de la cosecha, y comenzaremos acá un pedacito de historia. Mis enanos ahora duermen pero se me ocurre que mañana les daré de postre un mango, secaremos la semilla y...quién sabe...tal vez algún día ellos reescriban estos renglones...

7 comentarios:

El Mundo de Ariadna dijo...

precioso!!!hermoso revivir momentos felices

Desdemicordilleradelosandes dijo...

que lindo es revivir la infancia y que dulce es tu tia con esperarlos con pan calentito. A mi me trae tambien recuerdos de mi infancia el olor a Mango , ya que ,i infancia fue en ese pais. Lamentablemente el mango no llega a Chile , aunque rara vez lo evo en los super , no lu dudo, lo compro y rememoro mi infancia. Gracias por compartir

Zulema dijo...

Wow que bonito! Que lindo es cuando un olor nos lleva de regreso hasta la infancia, me pasa de vez en cuando, sobre todo con las comidas, o los oleres a ciertas hierbas.

Increíble lo de los mangos, precisamente hoy que comimos postre demango, me preguntaba si lo podría sembrar, a la la próxima así lo haré, pero espero primero tu reseña de tu postre. ;)

Besos!

Lola dijo...

Qué bonito el post y la historia del árbol del mango.
Y qué suerte es poder compartir esos sitios tan especiales de la infancia con nuestros hijos.
gracias por compartir con todas esos momentos tan especiales.
besos

Ale dijo...

=) gracias a ustedes por leerme.
Ya nos comimos el mango, ayer en el desayuno, así que seguro hoy por la tarde lo sembraremos.
Es una locura claro, porque en casa no hay espacio para un árbol, pero comenzaremos en una maceta y ya iremos viendo conforme crezca...
Besos.

Aguamarina dijo...

Me encanto tu post, no cabe duda que los buenos momentos jamas se olvidan.

Zulema dijo...

Ale, nació el mango!
http://mejormami.blogspot.com/2009/09/el-mango.html

=)