miércoles, 8 de abril de 2009

Educar sin castigos NI RECOMPENSAS

El fin de semana pasado nos dimos un poco al vicio...nos fuimos de compras de libros jeje... Encontré "Educar sin castigos ni recompensas" de Jean-Philippe Faure, me llamó la atención por el título y aunque la portada y el hecho de que es delgadísimo lo demeritan mucho, estoy contenta de haberlo adquirido. Ya lo terminé de leer (es muy corto) y me dejó con ganas de más. Me gustaría que el autor se hubiese extendido un poco más en varios de los temas, me queda como tarea buscarlo en otros libros supongo. Por lo pronto, voy a compartir algunos párrafos que me encantaron, me sacudieron y me dejaron una reflexión que estoy todavía masticando.


**Ilustración "el flautista de Hamelin" de Carolina Duran

Sobre la escuela tradicional:
"Como miles de otros niños, aprendí a olvidar la relación conmigo mismo. Aprendí a renegar de mi propio sentir, para dar fe a las creencias de los adultos. Aprendí a negar mis emociones a fuerza de actos de voluntad y a acumular tensiones en secreto. Aprendí a consagrarles a mis pensamientos la parte excencial de mi tiempo y algunos minutos a mi cuerpo, a modo de limosna, para hacerlo callar cuando gritaba de hambre. Esta obra de destrucción, de separación, de rerepresión se llama "Educación".
Desde los seis hasta los dieciocho años, acumulé un saber que me resultaba por completo exterior. Me inculcaron miles de nociones que veía de poca utilidad, en detrimento de temas que poseían vivo interés para mi curiosidad.
Al salir de la escuela, la conjugación de los verbos eran más familiares para mi que el interior de mi cuerpo. Sabía los nombres de la mayoría de los países del mundo, pero era incapaz de expresar qué sentimientos experimentaba. Además, ignoraba su presencia; la escuela había contribuido a hacer de mi un iletrado emocional..."

Me suena conocida esa experienicia (y a quién no?), yo también siento haberlo vivido así. pero leyendola ahora lo veo todo más claro sobre la dirección que quiero darle a la educación de mis hijos. Estoy tranquila porque la escuela de mi hijo no es para nada como las escuelas tradicionales. Ya lo he contado en otras ocasiones, es totalmente No directiva, anticonductista, sigue las teorías del pensamiento de Piaget. Y si, también es muuy cara...Ahora que pronto tendré que pagar dos colegiaturas y que me estoy adentrando en este mundo del "mundo sin escuelas" me comienzo a plantear lo de la educación en casa...Y no sé...Supongo que para dar el gran paso me falta mucho, mucha lectura, mucha información, mucha seguridad en mi misma y un poco de fé. Así que ahí lo dejo, en stand by por ahora.

Otros dos párrafos del mismo capítulo, sobre el Respeto hacia los niños y las Libertades (muy acorde con lo que escribe Rebeca Wild por cierto):

"Además, existe un fuerte condicionamiento por el cual los jóvenes no reciben el mismo respeto intrínseco que los adultos. Cualesquiera fueren los lugares de encuentro, la actitud se modifica según se le hable a un ser considerado "menor" o "mayor". Durante mi infancia, viví con dolor esta diferencia de atención, y he quedado muy sensible a la disparidad en la forma de considerar al otro. Aún hoy, cuando oigo en la calle a un adulto gritarle a otro ser viviente, me es necesario volverme hacia él para ver si se dirige a su perro o a su hijo. En ambos casos se emplean el mismo tono, las mismas entonaciones, las mismas palabras...
El autor se extiende en otros capítulos sobre este trato irrepespetuoso con los más jóvenes y menciona que la gran mayoría de los adultos ni siquiera nos percatamos de este trato diferenciado. Al leerlo por supuesto asentí a todo y me quedaba, según yo, perfectamente claro. Pero fué hasta ayer por la tarde cuando me dí cuenta que, a pesar de creerme "adulta respetuosa con los niños" sigo teniendo fallas inconcientes. Y me pregunto qué tan arraigado está ese "condicionamiento" de tratar distinto a niños y a adultos.
La anécdota: salimos a caminar los cuatro como lo hacemos regularmente por las tardes, y nos encontramos con mi vecina (M.) y su hijo de tres años (J.A.); al saludarlos yo veo a mi vecina a la cara y digo ¡hola! (y pienso que es suficiente), mi esposo sin proponerselo me da la lección saludando -¡hola M., hola J.A.! y mis hijos imitan a su padre. Por supuesto recapacité inmediatamente y saludé también a J.A. Pero, y si hubiera ido sola? hubiera sido irrespetuosa con él, ¿cuántas veces les faltamos al respeto sin darnos cuenta siquiera?

El autor continúa diciendo:
...Paradójicamente, en forma paralela a esa fundamental falta de consideración hacia los jóvenes, veo que se les confiere una libertad de acción y de palabra...¡que me deja estupefacto! Asisto a escenas donde los educadores miran, impotentes, cómo los jóvenes rompen el material que se les proporciona. Oigo a padres que se dejan insultar sin reacción (no se trataría aqué de creerse el insulto sino de reaccionar a la angustia oculta detrás de éste). Observo sin cesar en los anuncios mensajes dirigidos a los niños, elevados al rango supremo de consumidores. Veo que se les otorga una gran libertad en su comportamiento, pero una libertad que no es vivida a partir de un respeto profundo. Semejante desajuste crea una confusión y una violencia larvada que me aterrorizan..."

Lo dicho, muy en la línea de Rebeca Wild.
Aquí está la portada del libro y la referencia completa:




6 comentarios:

Zulema dijo...

suena interesante, habrá que buscarlo por acá.

Confieso que el de las lobas se me quedó en el camino, no sé, no me siento ahora con la capacidad para adentrar tanto en mi misma. Da miedo.

Ale dijo...

Hola Zulema, pues sí que es interesante.
En cuanto al "de las lobas" pues yo lo leo a cachitos alternando con otros porque está pesado de digerir.

MartaSada dijo...

Ufffff, como andamos compañeiraaaaa!!! te leo, y me leo hace un rato... ánimo con todo!! los barcos familiares nunca se sabe dónde nos pueden llevar... y ahí está parte de la magia del asunto!!
Un beso!!

Ale dijo...

Ay Marta, yo todavía estoy lejos, lejos...Mi intuición me está empujando no hay duda, pero hay muchos muros que tirar para poder ir por ese camino...Y el primero, convencer al capitán de este barco jeje =S...

SILVINA dijo...

Mmmm me parece interesante.. .soy docente de primaria y mamá y ahy mucho de ese texto que me toca, aunque constantemente estoy buscando alternativas a los métodos tradicionales...

Gracias por la referencia.

Sonia G A dijo...

Qué buena entrada. Me apunto el libro, no lo conocía. Muchas gracias por tus reflexiones, que comparto en su totalidad