Cada quien puede escoger
la manera de llegar
a las delicias de Jauja.
Pero, en silla o en la tina,
lo que importa es ir contento
y no hacer nada de nada,
pues en el País de Jauja
lo de más es lo de menos.
A los niños les gustó por las imágenes sin duda, pasamos mucho tiempo detenidos en cada una de ellas, imágenes poco comunes, muy complejas y para mi gusto un poco delirantes jeje, pero creo que ese era el encanto, ver hombres escalar un pastel, huevos con patas y cara pintándose a si mismos de huevos de pascua, palmeras que son botellas, árboles con monedas de chocolate...
A mi lo que más me gustó fue un párrafo medio filosófico y críptico que es el que quiero guardarme aquí antes de cerrar el libro:
En Jauja, el gato con botas es gato con pantunflas; las princesas son brujas, las calabazas, señoras; los calcetines, conejos; los hongos, calcetines...Pero no te imagines que todo eso es todo eso. Todo aquí está disfrazado, mas disfrazado de lo que de verdad es: el gordo va disfrazado de gordo; el gato, de gato que se viste de gato. Y todos fingen que son lo que de verdad son, aunque dizque disfrazados.
3 comentarios:
Oye, esta profunda la filosofacion y en un cuento de niños! Pues, si, me puso a pensar...
Así rascándole yo he encontrado profundidad en varios de los libros de mis hijos y me encanta...
Para actualizar la entrada, una anécdota más de mi hijo: llegamos hoy a la escuela, él iba vestido de murciélago (con motivo de la primavera los invitaron a ir disrazados), una mamá de la escuela le pregunta a Azul ¿y tú de qué vienes disfrazada? Mi hijo le contesta -no, mi hermana está disfrazada de ella misma, como la gente de Jauja... =D
Son increibles los chiquitos, aveces hasta preocupa como recuerdan tan bien todo lo que les decimos. Justo cuando creo que Sean no esta poniendo nadita de atencion me sorprende al rato con algun comentario probando que si escucho y comprendio todo.
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