Para nosotros Dios existe pero no se manifiesta dentro de la iglesia sino en nosotros mismos, en el destello que se percibe en las entrañas cuando nos abrazamos, cuando nos sonreimos, cuando contribuimos a que este mundo sea un mejor hogar para todos los que estamos en él. Dios no es una persona concreta, es ACCIÓN.
Hoy me quedo masticando esta reflexión por este artículo que leí en el blog "vamosviendo". Y es que no me considero "atea", creo en un Dios, está implicito en mi relación con mis hijos y así se los transmito (oramos, nos damos la bendición al despedirnos). Aunque, al menos por ahora, los excento de la mayor parte de las tradiciones impuestas por la iglesia y la religión de sus abuelas.
Ilustra Pati Metola
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